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He hecho un mueble para herramientas, con cartón ¡Toma ya!

Hola gente bonita, hermosuras, reinas, reyes, faraones aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Hoy os traigo la manualidad del siglo así que preparaos para este post, que va a ser largo pero interesante.

Desde hace un tiempo, me había pasado buscando muebles desde Ikea hasta AliExpress para reorganizar el desastre que tenía repartido entre estuches.

A mi siempre me ha gustado tener los lápices y los rotuladores separados, todo siempre por temática. ¿Qué pasaba? Pues pasaba que tenía todo repartido entre dos estuches y unos cuatro tarros de aluminio. Era todo precioso, pero muy poco eficiente.

¡Y ahí es donde entra la idea de bombero! Estuve mirando tantos modelos, tantas páginas que al final se me encendió la bombilla.

¿Por qué no construir mi propio cajón para las herramientas de dibujo?

Hasta aquí todo muy bien. No pensé que sería tanto trabajo, ¡pero en un día libre lo completé sin problemas!

Lo que pensé que habría resultado más complicado, por lógica, era hacer un desglose por piezas, pero hasta eso fue fácil. Primero lo hice mentalmente, luego lo tuve que poner en papel para ir apuntando medidas.

Con un metro medí el espacio disponible que tenía entre el monitor primario y la esquina, luego fui a por cartón para empezar la escabechina.

mueble arte

Opté por hacer una caja cuadrada así que, con las medidas tomadas y con cautela, empecé a dibujar en el cartón. Es probable que os preguntéis qué narices es ese zig zag de la derecha. Atención. Allá voy.

mueble arte

Aquí encajé las piezas sujetándolas con celo por ambas caras, para asegurarme de que todo coincidía. Una vez hecho esto, dividí los compartimentos. A estas alturas aún no tenía muy claro qué iba a pasar con el proyecto, si la liaría o no. He de decir que, para hacer pocas manualidades o muebles, como en este caso, se me estaba dando de rechupete. Ahora veréis.

Tras comprobar que las medidas de las piezas estaban bien, hice una simulación con cartón fofo para ver cómo tendría que hacer las muescas en el cartón y con qué inclinación. En la tercera imagen, podéis ver cómo las piezas están colocadas, pero sin pegar. ¡Y ahí están las piezas del zig zag! Imaginé que, como todo, necesitaría tener una base más fuerte para hacer resistencia y así aguantara su propio peso. Esos compartimentos son más pequeños y los utilizo para guardar pinceles con carga de agua, minas, gomas, sacapuntas…

Hacer las muescas con cutter y tijeras fue, desde luego, el infierno personificado. El cartón no es un buen material con el que trabajar, pero al menos era recio y confiaba en que no se fuese todo a pique. Una vez encajadas las piezas y comprobando que juntas eran más fuertes que de forma individual….

¡ERA LA HORA DEL PEGAMENTO!

Éste era una mezcla entre pegamento y silicona por que, con la fuerza que hacían las piezas, tenía muy claro que con pegamento normal se me desmontaría todo en cuanto no estuviese mirando.

¿Y después de secarse? (se secó rapidísimo) ¿Qué tocó? Tocó las narices, profundamente.

No, no. Es broma.

¡TOCABA HACER UNA CAPA DE IMPRIMACIÓN!

Esto, es importante para tapar los poros y que así luego, la pintura no se perdiese en huecos absurdos. Así me estaba asegurando de que la capa de pintura después fuese más homogénea.

Con el geso tuve un problema gordísimo, por que al principio tenía una mezcla ya preparada con agua y ¿agua con cartón? ¿Qué podría salir mal? Así que sí, algunas baldas se combaron un poco y tuve que hacer un poco de fuerza para ponerlas en su sitio antes de que se secaran. No es plan de marcarse una Persistencia de la memoria, de Dalí.

Mientras ese armatoste secaba, pasaron aproximadamente cinco días hasta que mi hermana me recomendó unos botes de spray que, respetuosos con el medio ambiente que, aun teniendo base de agua, la pintura se fijaba perfectamente.

¡Y qué error ponerse a pintar con spray dentro de la habitación! Preparé todo con sábanas, pero no os podéis imaginar la que lié. Hasta estuve estornudando pintura un rato. Una locura. Lo bueno (y a la vez malo) es que la pintura una vez seca, sin fijarse en ninguna superficie fue super fácil de limpiar. Os dejo unas fotos con el proceso de pintura y el resultado final. Es mi rincón favorito del cuarto.

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Jinbe San saluda desde su hueco privilegiado.

Hice este proyecto en la segunda semana de Enero. Recuerdo que me dije ¡Madre mía, qué fuerte he empezado el año! Y además me sirvió de terapia para redirigir el estrés que tenía metido en el cuerpo.

He tardado mucho en escribir este post para vosotros por que me he mantenido ocupada con un montón de cosas. Nunca veía el momento. Ahora llevamos semanas en cuarentena, (yo ya he llegado a los dos meses) y me he dicho : «Anda, vamos a compartir esto, que se vea lo que hiciste antes de que el mundo se pusiera patas arriba».

A todo esto ¿Qué tal estáis llevando la cuarentena?

Para los que ya acostumbrábamos a salir poco de casa, por trabajo o por lo que sea, la verdad es que nos está resultando relativamente indiferente…pero empiezo a olvidar cómo es eso de ir al parque a dar una vuelta. ¡Jaja! Ánimo a todo el mundo.

Si has llegado aquí…

muchas gracias por leer. Cuida tu salud y aprende a retirarte a tiempo si ves que no te está aportando nada excepto cosas malas.

¡Un besote! Si tienes cualquier duda, comenta sin miedo.

Zala OUT…..¡WOOOHO!

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¡Que tengáis un buen día!

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